A
las tres en punto fuimos al teatro del Dado y el teatro empezó a las tres y
media. Una chica nos contó que era divertida
y el protagonista se llamaba Horacio.
Era
muy gracioso y divertido y la obra lo era aun más. La voy a contar, primero vino
Horacio con una red y corrió por todo el teatro a atrapar niños y cuando subió
al escenario explicó su vida. Era cuidador del parque de la Granja y al recoger
un rastrillo en el suelo, se agachó y la espalda le crujió y cuando lo intentó
otra vez pero del otro lado, también le crujió. Dijo Horacio:
Y
el jefe le dijo: “Sí te daré vacaciones si encuentras a un sustituto”.
Horacio
no sabía qué decir, sustituto, y no dijo
sustituto. Horacio dijo sustetas y cuando él era pequeño en el cole se acercaron
unos chicos que se llamaban José, Julito y Manolo y cuando salía Horacio por la
puerta, José, Julito y Manolo le dijeron: “al tocar la sirena te irás a clase y
ahí cerrarán las puertas, entonces cuando tocó la sirena fue corriendo a entrar
al colegio pero no lo consiguió, entonces se fue a casa y el único amigo que
tenia era su perro Carlitos que él le llamaba Tito. Y al día siguiente no veía
a Tito y lo buscó por toda la casa y cuando miró por la ventana estaban José, Julito
y Manolo, y José tenía a Tito. Los matones le dijeron:
–Te devolveré a tu perro si nos entregas el
amuleto del gigante. Está en el parque de la Granja
Entonces
Horacio se fue al parque de la Granja, vio al monstruo y le dijo Horacio que le
diera el amuleto. Le dio el amuleto pero dijo el gigante que se lo devolvería cuando recuperara a su perro y Horacio se lo prometió
y cuando salió de la cueva se encontró con los matones. Horacio dijo:
–Dame a Tito- y los matones contestan:
–El amuleto primero
Entonces
Horacio levantó el amuleto y calló un árbol
encima de los matones, entonces Horacio se lo quedó otro día y entonces se acordó
que lo tenía que devolver al gigante. Entonces se fue al parque de la Granja,
estaba todo podrido, se fue a la cueva del gigante y el gigante decía:
–Me estoy muriendo Horacio, devuélveme el
amuleto.
Vale
dijo Horacio y el gigante revivió.
Iván
El día 29 de
noviembre fuimos al teatro, la obra se llamaba "El monstruo del Parque de la Granja". El
personaje se llama Horacio y lo hacía muy bien. El personaje primero estaba haciendo
como si estaba buscando una mariposa que estaba enferma y llamaron a Jorge, un chico de quinto y dos de sexto John y Aida.
Les pusieron unos gorros de granja. Estaba viendo sus habilidades para ponerlos
a trabajar porque se había torcido la espalda. Como llevaba 25 años sin
vacaciones nos contó que cuando tenía unos 10 años, tenía un perro que se
llamaba Tito y que cada vez que salía del cole y volvía a casa el perro iba
corriendo a verlo y saltaba de felicidad. Pero siempre había tres chulitos:
José, Julito y Manolo que lo esperaban en la puerta del cole y le dijeron que
se parase. Le dijeron que se tenía que sentar debajo de un árbol hasta que
tocara la sirena para cerrar la puerta. Cuando tocó el timbre salió corriendo y
la puerta se estaba cerrando cuando estaba llegando. Estaba cerrado. Se dio en
la cara y hasta la boca se le había torcido. Después del cole se fue a casa y cuando
llegó se dio cuenta que su perro no estaba. Lo estuvo llamando, fue al baño
pero no estaba pero cuando subió al cuarto de su padre miró por la ventana y
vio que allí en la calle estaban los tres chulitos con su perro. Le dijeron: “Tienes
que ir al parque de la Granja por la noche y coger el collar del gigante”. Por
la noche se escapó de su casa y entró en la cueva y dijo. “¡Gigante! ¿Dónde
estás?”. El gigante le preguntó quién era y dijo temblando: “soy yo”. El
gigante le dijo que ya sabía que venía a buscar el collar que llevaba colgando,
lo quieres para recuperar a tu perro. Y dijo: “Bien, cógelo”. Cuando lo fue a
coger, el gigante le dio un susto y le dijo que cuando tuviera al perro que le
devolvieses el collar. Si no… podían pasar cosas malas. “Te lo prometo”. Cuando
tuvo el perro los muchachos fueron a quitarle el colgante y cuando levantó la
mano cayeron algunos árboles y los chicos cogieron miedo. Se fueron corriendo.
Al otro día fue a llevar el colgante al parque que estaba con las hojas secas.
Cuando entró en la cueva, el gigante dijo: “Me estoy muriendo”, te dije que
pasarían cosas terribles.
Al final se
hicieron amigos.
Emmanuel
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